Si llegamos a saber de antemano la calidad de esas patas creo que hubiésemos cenado "plato único". Pues sí, como puedes ver el "viaje" del postre es un tanto "extraño". Una pena.
Ese tipo de vinos es fácil encontrarlos en una carta. A mi me gustan cada día más los de crianza en madera. Con unos añitos más pues mejor. Un abrazo