Cuando se disfruta tanto no se puede disimular, jeje. Me alegro que te Paco te acertara el punto esta vez. En las mesas que hay junto a la cristalera de la calle lateral, en invierno a mediodia da un solecito que te mueres de gusto y si encima te pides uno de esos guisos de cuchara, casi estas en el cielo, pocos sitios hay donde se pueda estar mejor. Me anoto esa txistorra para la proxima visita.
Un saludo.