Tu "regreso al coso" es todo un indicador de lo intenso e interesante de cuanto allí aconteció. Recojo el guante y me comprometo a narrarlo pero dame tiempo. Fue una jornada entrañable. Jamás había vivido tanta compenetración entre equipo y comensales tratándose de una mesa tan grande como la nuestra.
Un ruego final: prodígate más, amigo Fernando. Un abrazo