Pues si señor un tartar de atún de 10 y en plena montaña ;-) Los postres para chuparse los dedos. Fue realmente co-jonudo ese fin de semana. Hace placer ver a esos cocineros que se instalan donde tienen sus raíces, aunque sea en un lugar perdido, como es el caso, y que como mínimo al menos los fines de semana llenan el restaurante y al mismo tiempo el hotel.
No nos faltan ganas de hacer una nueva incursión cantábrica, el problema es como organizarse. Y tu, no te animas a dar el salto, a cruzar ese puente bilbaino... ;-)que solo unos pocos conocemos.
Un abrazo