Corroído y endemoniado por la envidia que me ha entrado al leerte.
Como todos, hace unos quince años, lo frecuentaba bastante. Este y otro llamado Picanterra por la zona... y ahora si te he visto no me acuerdo. Qué desagradecidos somos los promiscuos gastronómicos.
Con cariño te mando un puyazo de mi tridente diabólico ;-)