Estaba leyendo esta entrada de tu blog y me voy parando en ciertas frases:
“ En la mochila de recomendaciones culinarias, un restaurante que nuestro guía virtual nativo, Jorne, nos hizo subrayar en rojo y resaltar con fosforito”. ¡Que más quieres Baldomero”
Del local: “mucha luz la que atrapan esos grandes ventanales de doble altura que asedian el local y proyectan hacia los colores claros de las paredes”, Pues eso.
Y seguimos con: ¿Qué esperaban? Esto es Ámsterdam, aquí esa, sorprendente para los foráneos, costumbre marcadamente calvinista de exponerse sin pudor alguno desde dentro de sus casas a las miradas ajenas. ¿Qué esperabas si esto se hace también en Rumo, pueblucho de las Asturias de Santillana?
“Hola, soy Aurelio y te traemos recuerdos de Jorne y Begoña, de La Salita de Valencia”. Fue la frase mágica que abrió la cueva del tesoro.: esto ya me ha dejado claro lo siguiente, lo comido y bebido………..
Dejemos a los metódicos a su aire.
Mañana sigo leyendo y te cuento.
Pero a día de hoy te digo: tu, ¡chaval ¡vales mucho¡.