Estimados foreros: mi intención era olvidar cuando antes la situación vivida pero leídos los comentarios me veo obligado a ampliar mi comentario.
Aprovechando una vista a nuestra hija decidimos cenar por segunda vez (la anterior fué en Marzo 2015 y guardábamos un agradable recuerdo) en este local. Llegamos a la hora reservada 21:30 y nos sentaron en el reservado acristalado del final del local: nuestra mesa para seis y otra para dos que no estaba ocupada. El comedor de la ampliación estaba lleno. Viene nuestro camarero y ordenamos: tres entrantes ( sus famosas bravas, el pulpo y unas verduras crujientes con salsa romesco) más el pan amb tomaca. Para beber un Dido (no recuerdo la añada) que me encanta pero mi esposa encontró con cierto punto de acidez. Los platos principales no los recuerdo porque no llegaron a servirlos.
A los 10 minutos traen los entrantes que no comento por ser bien conocidos. Son alrededor de las 10. Llega una pareja y ocupa la mesa libre del reservado. Les atiende otro camarero. Éramos seis comensales con mucho que contarnos y no nos percatamos del paso del tiempo. A.las 11 y transcurrida casi una hora desde que nos retiraron los entrantes, consigo llamar la atención de nuestro camarero (que llevaba casi una hora sin acercarse por nuestra mesa) y le reclamo los principales. Me contesta que ya vienen que los están emplatando. Media hora más tarde, los reclamamos al camarero de nuestros vecinos de reservado y nos contesta que va a ver. Dado la hora le decimos que si van a tardar más que no los traigan a lo que contesta sin tan siquiera mirarnos "bueno, entonces los canceló".
Quince minutos más tarde 23:45 vuelve a aparecer nuestro camarero y nos dice de nuevo que los están enplatando. Le digo que los anule y nos traiga la cuenta. Se va y vuelve con los abrigos. Mientras tanto, nuestros vecinos ( que llegaron media hora después que nosotros pero ya están en el café) nos dicen que están indignados con lo que estaban viendo y no entendían la paciencia que estábamos teniendo. Vuelve el camarero con los abrigos y nos dice que no nos van a cobrar y que podemos salir por la puerta del final del comedor. Nos vamos.
Después de tanto tiempo sin ver a mi hija, nadie nos iba a fastidiar el momento. No somos de hacer escenitas, ni alzar la voz pero es indignante y una total falta de profesionalidad que durante casi dos horas nadie diera la cara, ni nos diera una explicación. Puedo entender que un fallo retrase unos platos pero siempre un buen profesional debe presentarse ante la mesa, explicar lo que está ocurriendo y dar una alternativa.
Pedir disculpas a los foreros por este rollo. Disfruto mucho con los comentarios en Verema y me gustaría verter más críticas pero aunque amo el vino y la buena cocina no me creo capacitado.