Carísimo amigo, hay ciertas circunstancias que me han aconsejado un alejamiento comedido de ciertas prácticas pecaminosas. No obstante, y pese al tiempo, recuerdo que la última vez que estuve en las Piscinas, fue con el grupo de cata de Torrelavega, debe hacer ya algunos años, me llamó la atención el sitio estupendo para estar con los niños, cuando eran niños, y a lo que a ti más te importa y preocupa, podías comer un foi con huevos, que estaba buenísimo de la muerte, probé también la carne, en modo chuletón, que me pareció riquísma, unos pimientos asados con anchoas, plato divino de la muerte, y también unas rabas y chacina perfectas, niqueladas...en un buen ambiente, con buenos amigos...y en aquella época fumaba unos puros sobresalientes, claro que con tanto adorno todo mejora... Me acuerdo de Doménico: la distancia es como el viento apaga los fuegos más pequeños y aviva los más grandes, de aquí el recuerdo.