¡Magnífico relato!.... casi, casi que te parece haber sido tu mismo el que ha cenado en Vila Joya. Perfectamente transmitido el ambiente, el servicio, la comida, la bebida, recordando el post del año pasado sobre la Osteria Francescana, solo me cabe decir que en vez de una vez al año, deberías intentar uno cada mes..., es un verdadero regalo para los que te leemos. Gracias Aurelio.