Para mí es inexplicable el éxito que tiene. Y no puede ser por la ubicación porque el tercer Asador Frontón (¡cuánto se le echa de menos!) se estrelló sin ninguna duda. Han dado con la fórmula, y eso tiene su mérito cuando te instalas en Madrid desde la periferia, con fama ya ganada. Coincido con tu comentario plenamente. Lo de los orujos, de juzgado de guardia.