Qué lejos quedan ya esos tiempos de la sabrosa anécdota que no sé si te he contado... La vuelvo a contar.
Años 60 o así, Cestona (Zestoa) en esos momentos era un destino turístico de la alta sociedad de esa época, pues ahí acudía a "tomar las aguas" a su celebérrimo Balneario.
Uno de ellos, un cordobés fino de estirpe, después de los baños de rigor, se dejó caer por el pueblo y pidió un blanquito en una taberna (no recuerdo ahora el nombre, pero la conozco, de hecho mañana me tomaré ahí un par de cacharros). Los de la taberna le sirvieron el mejor vino que tenían: un txakoli. Ya sabes que su zona, digamos "natural", es la de Zumaia-Getaria-Zarauz, a escasos km de Zestoa.
El andaluz lo probó y dijo muy serio:
-"¿Qué es esto?"
-"Txakoli", le contestaron
Y ahí va su legendaria respuesta, la cual profirió serio y calmado:
-"Es el mejor vinagre que he probado en mi vida"
He tenido ocasión de reírme a carcajadas con la anécdota varias veces, al oírsela contar al hijo o yerno del dueño de entonces, que sigue regentando el bar y se ríe con ganas también al contarla.