Efectivamente, la pinot meunier, la hermana pequeña, puede dar champagnes muy interesantes cuando está en buenas manos. El Vignes de Vrigny de Egly-Ouriet es un claro ejemplo, vaya pedazo de champagne. Hace unas semanas lo pude probar, después de varios intentos fallidos, y me encantó. Aromático, con cuerpo y muy fresco. Incluso me dio la sensación que con un tiempo de guarda mejoraría. Y el verano pasado, en Epernay estuvimos en una tienda de pequeños productores," c-comme champagne" y precisamente ese día tenían monovarietales de meunier a copas. Probé unos cuantos y algunos se vinieron para casa ;-)