La idea con la que entramos era tapeo, pero terminó en comida. De hecho hubo un momento, terminados los principales, en que hablamos con el camarero de pedir algo más, una paletilla de lechazo o unas mollejas, pero finalmente nos decidimos por unos quesos y dos postres.
Gracias por lo de la descripción, aquí es aplicable aquello tan castellano de... al pan pan, y al vino vino.