No cenaría tranquilo, primero porque me fastidia que me echen de los sitios, y segundo porque me fastidia hacer esperar a la gente, así que lo mire por donde lo mire no me mola.
Y si ese restaurante está tan lleno como para tener que hacer dos turnos, mejor echar una mano a otro que no tenga tanta gente esperando y que seguramente nos lo agradecerá.