Si fuera por los maños que viven allí y alguno de los que están allende el Ebro se bebería Garnacha ¡hasta en el café con leche!.
Ya me conocéis amigos, yo soy más de tempranillo sin desmerecer para nada la otra, pero no llego al grado de garnachitis que padecéis.
Lo del ambiente de Mañolandia nunca deja de sorprenderme y encantarme.
¡Un abrazo!.