Yo creo que los tiros van por donde apunté. El turismo masivo arrasa y seguro que en Ávila han proliferado los chiringuitos de paella precocinada y camareros peruanos. Los oriundos comen en su casa y encima no llegan a 60.000, de modo que la hostelería vive de los autobuses que vomitan a miles de chinos o de ancianos del Inserso. Ahí da igual dar pienso que caviar. Estando a poco más de una hora de Madrid, la contaminación es inevitable. La última vez que fui a El Escorial tuvimos la suerte de que era lunes y estaba todo cerrado, pero creo que la circulación está ya regulada tipo parque temático, y quién más quién menos, con su bolsa picnic incluida en el viaje.