El precio de este vino está fuera de toda lógica, pero esto es lo de siempre, si al final se vende nunca bajará. Tampoco es que haya probado muchas botellas, pero tampoco es un tinto que me haya entusiasmado, solo son una excepción, el 95 que el amigo Maresme llevó hace un par de meses a El Celler. Esa sí que me pareció una Ermita excepcional.
Saludos,
Eugenio.