Y siempre unos calamares de güadañeta o potera de la ria de Muros y Noya. Estos estuvieron en la mesa todos los días. No los había comido, como estos, desde hacía tiempo, de sabor, tamaño, frescura y textura.
Llevamos 3 años años que nos damos una vuelta por las Rias Gallegas, cada año recorrimos una, y siempre vamos a quitar las ganas de marisco del que no encontramos por aquí.
Saludos desde la capital del hojaldre, Torrelavega.