Hay un día para cada tipo de comida, y una comida para cada tipo de día.
Vamos, que un día de esos de invernales fríos y lluviosos, tras estar picando piedra en la mina durante ocho o diez horas, ya me contarás si prefieres un puchero de "callos con garbanzos", o "una espuma garbanzo estratificado ligeramente crujiente, con una nube de aroma de cerezas al perfume de morteruelo murciano".