Una crítica de dos en uno. Felicidades.
Muy de acuerdo contigo en el entorno: muy espectacular, comedor redondo, mesas cercanas a la cristalera con unas vistas del valle de postal tanto en verano y más si cabe en invierno; aunque de noche la luz del comedor impide ver la oscuridad tras el cristal.
Para mí una de las cocinas de paradores de las que se salva, y no son muchas. Servicio académico. Tema de vinos, flojo.
Buen disfrute.