Pues a mi la climatología pocas veces me ha frenado para visitar un restaurante. Nada más recuerdo una vez que cancelamos por este motivo, pero bueno, había que desplazarse a cenar hasta un pueblo (el Laua, en Langarika, lleva ya unos cuantos años esperando que lo visite un gourmet de tu nivel) y con los 6º bajo cero que cascaban aquella noche es posible que hubiéramos tenido algún problemilla en la carretera. ¿Mala climatología? Escusas.