Con este post me has generado auténtica envidia. Cada vez me gusta más disfrutar de estas vivencias especiales, de primera mano, con sus protagonistas, con personas ilusionadas y emocionadas con lo que hacen.
Con la trufa tengo una relación "especial" me gustan, especialmente acompañadas de huevos y me encanta el aroma que desprenden. Aunque objetivamente he de reconocer que su aroma recuerda a sulfurosos y a gas butano, por no escribir algo más explícito...
En casa tengo un aceite trufado que compre en Morella. Unos huevos fritos, con bolets (setas de chopo) ajetes tiernos y unas gotas de ese elixir y realza el plato ¡qué no veas!