Lo de los favores no lo decía por ti, ni mucho menos. Me refiero a las críticas de los profesionales de la cosa (empezando por la Michelín). Por eso los veremeros me ofrecen más garantías. Yo estuve en Atrio el verano pasado, y además del calor enorme que recuerdo con horror, el homenaje que nos dimos fue importante, y como estábamos dos mesas (comida de día no festivo) la atención, ya de por sí buena, fue de sobresaliente. Sólo que salí con cierta sensación de haber tomado un aperitivo muy laaaaaaaaargo.