Yo creo que eso nos ha pasado (y nos pasa) a todos. Te empiezan gustando un tipo de vinos que con el tiempo casi acabas aborreciendo a medida que vas conociendo otros, pero a veces también hay una vuelta atrás: vinos que no apreciaste en su momento con el tiempo acaban enganchándote. En pocos casos el dicho de que no hay que decir de este agua no beberé tiene mejor aplicación.