Y eso que en cuina oberta no es el lugar ideal poara conseguir toda la máxima expresión de lo que son capaces de dar, por la necesaria limitación que impone un presupuesto superajustado.
Pero David y Ricard (al frente del equipo) además, y como un ejemplo más de su categoría profesional, no seleccionan a los clientes por lo que dejan en caja, sino que su objetivo es que el cliente salga con una sonrisa en los labios y con la agenda en la mano, buscando nueva fecha de encuentro.