Me uno a tu comentario de que vivimos 2 catas en una.
En la primera los oportos viejos me fascinaron: LBV 1981 seda pura y el colheita 1986 muy estructurado.
En la otra cata creo que se penalizó un poco los blancos, los redoma austeros y profundos, batuta mucha potencia, y los charme una autentica pasada, qué elegancia.
Finalizar con el vv de traca y no hizo más que recordarme las joyas andaluzas que tenemos en este país. Muy concentrado y muy profundo.
Enhorabuena por la crónica.