Yo creo que el verdadero meollo no está en la cantidad sino en la calidad.
No cabe duda de que la Guía Roja levanta siempre polvareda, sencillamente porque es la de mayor prestigio mundial, pero sus criterios siempre se ponen en tela de juicio. Es una evidencia contrastable que todos los cocineros con estrellas practican la cocina de vanguardia, así que se puede generalizar: contra más estrellas, más vanguardia, sofisticación y rebuscamiento. Como yo ya estoy hasta la coronilla de tanto vapor y tanto crujiente, pues cuando viajo huyo de los restaurantes con estrella y acudo a los Bib Gourmand, cocina sin pretensiones, de buena calidad y precio razonable.
Sería interesante analizar el perfil de los restaurantes con estrella que han cerrado en los últimos diez años. Los restaurantes de éxito, las casas donde se come bien, no cierran ni por la muerte del dueño (al cabo de los años, si se degradan, entonces sí).