Tiene un color de café aguado, y la espuma es ligera, poco consistente. En cuanto a aroma y sabor es como un Paladín a la taza. El chocolate cobra todo el protagonismo, si es que hay algo más. Es una cerveza más ligera de lo que aparenta, de leve paso cremoso y algo falta de cuerpo. Puede resultar original, pero también una cagada, y máxime habiendo probado la original.
La compré al mismo tiempo que la Old Tom normal.
Si la encontré de color oscuro, esperaba que ésta fuera casi negra. Nada de eso: es menos oscura, es un color marronáceo rojizo, con menos capa. Espuma también de color crema, pero más ceniza.
En nariz es chocolate y más chocolate, no muy intenso, pero omnipresente. Pero no chocolate negro, más bien chocolate con leche. Muy curiosa.
Y en boca le falta el punch de la normal, sabe a chocolate pero tiene menos fuerza, brío, intensidad.
No es una mala birra, pero es que habiendo probado primero la otra... ¡Dónde vas a comparar! Me quedo mil veces con la Robinsons Old Tom The Original.
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