Una cerveza total, para deleitarse y disfrutarla con tiempo.

Vamos a catar una de mis cervezas preferidas, con un nivel alcohólico importante, una señora cerveza con mayúsculas. Una maravilla elaborada por monjes trapenses. La servimos a 13ºC para esta cata.

VISUAL: Color marrón café, de espuma beige, muy cremosa, burbuja grande y persistencia alta.

OLFATIVA: En nariz tiene una intensidad media. Aprecio enseguida la malta tostada y las levaduras acompañadas de notas de café y golosos apuntes de chocolate, toffee y ciruelas pasas. Al final percibo un olor a algarrobas y castañas asadas que me resulta cuando menos curioso. Sin duda una peculiar y asombrosa nariz que no dejará indiferente a nadie.

GUSTATIVA: En boca es ligeramente amarga con un goloso toque dulzón. En retronasal aparecen notas de café torrefacto y pan tostado que dejan paso a aromas de frutos secos (avellanas). Las últimas sensaciones en boca son dulzonas, vainilla, canela y chocolate, una autentica delicia. El grado alcohólico es perceptible, pero no resta, solo suma al conjunto de sensaciones. De persistencia muy alta, de más de 3 minutos, bestial. Una cerveza total, para disfrutarla con tiempo, al igual que los monjes en la Abadía de Notre-Dame de Saint-Remy, sin prisas pero con absoluta devoción.

La RCP la considero excelente, la mejor cerveza que me he tomado por menos de 3 euros.

La tomé como merienda, ella solita...bueno ella y una hermana suya, dos, je,je...Qué cosa más deliciosa! De verdad que merece la pena relajarse y deleitarse saboreándola. Celestial !!