La mejor Porter que he probado

Esta es la mejor Porter que he probado nunca, procedente de Flying Dog, una cervecería artesana de los EEUU que elabora unas cervezas impresionantes, aunque esta es difícil de superar.

Color negro como el petróleo y textura densa y cremosa, la cabeza de espuma impresionante. La primera impresión es que va a resultar muy fuerte en sabor pero un primer ataque olfativo empieza a despejar las dudas, aún conteniendo los típicos aromas a regaliz de las Porters y Stouts se vislumbran otros toques más cremosos y avainillados. En boca se presenta redonda y untuosa pero mucho más "ligera" de lo que cabía esperar, los toques de regaliz aún estando presentes están perfectamente integrados y esas notas más mantecosas,avainilladas y a chocolate acaban de rematar la jugada. En definitiva una cerveza para disfrutar.