Todo un clásico!

Clásica cerveza de trigo, que a la vista muestra un color ámbar brillante muy turbio que la convierte en opaca. Su espuma es de color marfil, porosa y esponjosa, abundante de inicio y de persistencia media, tirando a escasa, pero sin desaparecer por completo hasta el final.

Destaca su aroma a trigo y a cereal tostado. Percibo cierto olor a humedad con un fondo goloso.

Su sabor principal es el trigo, pero pronto aparece el plátano y un poco de piña de entrada. El inicio es ácido y produce un buen chisporroteo en lengua con un carbónico bien integrado, siguiendo con un dulzor muy sutil y finalmente el amargo, pero es un amargo muy suave. Los tres sabores aparecen en secuencias muy rápidas y sin demasiada persistencia. Como vienen se van.

Al pasar por la boca se nota que tiene cuerpo, es consistente, densa y cremosa, sin embargo su sabor suave invita a beber sin darte cuenta y además resulta muy refrescante.

La botella de 50 cl. en vidrio marrón oscuro tiene una bonita etiqueta con una escena clásica donde disfrutan de una fiesta con cerveza y el logo de Paulaner con San Francisco de Paula, fundador de la Orden religiosa de los Mínimos, monjes que iniciaron la elaboración de esta cerveza en 1634.

Es fácil de encontrar por ser, junto con Schneider y Franziskaner, una de las marcas de cerveza de trigo más conocidas y consumidas.

Está considerada como la mejor y más compleja cerveza de trigo por su aroma, gasificación, sabor y equilibrio.

Su precio oscila alrededor de los 1,60 euros y yo diría que se puede encontrar en casi todos los supermecados y cervecerías.