Color cobrizo no muy intenso, apagado, espuma blanca de poca consistencia, en nariz poca intensidad, lúpulo, cereales, fruta blanca, en boca ligera, refrescante, algún tostado, cereales, amarga.

Prescindible.

Es curioso que en su etiqueta aparezca "con agua de Madrid" como si de un manantial excepcional se tratara, aporta poco, refrescante con ligeros aromas y muy corta en boca, sinceramente poco más que una industrial, eso sí, las industriales un 400% inferior en precio.

Color amarillo indio.
Aromas de mediana intensidad a malta, lúpulo, cerales y ligeros toques florales.
En boca es bastante fresca, el paso de boca es ligeramente suave y agradable, liviana y con poco cuerpo.
Cerveza hecha para refrescar y poco más.
Cuesta mucho más de lo que vale.

De aspecto ámbar blanquecino, turbia casi opaca con espuma blanca abundante de aspecto algodonoso y sedimento en el fondo.

En nariz aparece la cebada bajo un manto aromático herbáceo que le da el lúpulo. Se aprecia también tierra húmeda y puede que notas de amoniaco o salfuman.

En boca, hierba verde con amargos notorios en primer lugar que desaparecen con velocidad sobre un fondo algo ácido. De cuerpo medio y carbónico presente sin llamar la atención.

Botella de 33 cl. en vidrio marrón con etiqueta romboide con la imagen de La Cibeles, poco llamativa.

Adquirida en ECI por 2,75 €.

Cerveza demasiado dominada por matices verdes y amargos. Sensaciones finales un punto por debajo de su hermana de trigo. No ha triunfado!