BOTELLA: Etiquetado moderno, atractivo y singular.

VISTA: Limpio, brillante, color cereza con ribete púrpura, capa alta, lágrima densa y lenta.

NARÍZ: 1.- Toques florales, a rosas rojas.
2.- Frutas rojas silvestres (zarzamoras, etc…) ciruelas rojas. Recuerdos acompota d membrillo y arándanos.
3.- Recuerdos a tostados, caña tostada, marroquinería (piel de rusia), recuerdos a tabaco, café….

BOCA: Buena entrada, goloso, largo, taninos finos que recuerdan a pétalos de rosa, evocaciones balsámicas, buena acidez que recuerda a manzana verde.
Postgusto mentolado y persistente.

Es probable que este caldo pueda aguatar algún año en botella, con lo que se podría afinar y corregir algunos picos. De todas formas, tiene buena cata.

NOTAS: Vino que marida correctamente con un buen plato de albóndigas en salsa de setas y frutos del bosque.

Color cereza oscuro, ribete cardenalíceo algo oscuro, capa alta, fina lágrima tintada. Aromas de fruta roja y negra madura (compota de frutillos del bosque), marcados tostados y algo rugosos, taninos muy presentes, mentolados, recuerdos de sotobosque y terruño, tabaco, cuero húmedo, algo licoroso. Potente entrada en boca, buena longitud, tostados aún por pulir, fruta madura, correcta acidez aunque resulta un poco intensa, rugosas notas amargas, no es muy fácil de beber pero interesante, persistente. Final largo, postgusto de fruta roja y retronasal licoroso.

La botella moderna, me recuerda un poco al muñana, no se porqúé, porque no se parecen en nada. Estas cepas del nº2 en la fase visual muestran un ribete rosado con vetas de crianza y toques violáceos suaves. En una primera fase en nariz notaremos claramente flores silvestres, jazmin y rosas. También Moca de cafe,nectar y zarzamoras silvestres. Leves ahumados de arenque y humo. La Boca amarga un poco y acidez leve en retrogusto, un poco descompensado, pero alegre y jovial. Buena fruta madura. Equilibrio correcto, no excelente. En una segunda fase, aguanta tonos de madera, miel y toffes y essa madera se perdura retronasal con media sequedad.
Le falta madurar a este vino, en su elaboración y en crianza, pero la idea es muy buena. Hay que seguir este plan.

Comentar que de postre, en este restaurante malagueño, la leche frita de calabaza es una ambrosia suave de textura cremosa como la natilla y la maizena, lindando con la crema pastelera, con filigranas finas de calabaza y vainilla, que quiere apoderarse, pero no lo consigue por su amiga la canela. Repetiré seguro si seguro.