Parece mentira que un vino pueda cambiar tanto de un año para otro. Fue evidente en el caso de éste, ya que pudimos catarlo a continuación de su hermano gemelo del 2005. Color rojo de capa media-baja, lágrima muy abundante, menisco anaranjado. En nariz especies dulces, cacao, madera, vegetales, de gran riqueza y finura. En boca sedoso, casi licoroso, muy bien ensamblado, con notas claras de pimiento verde, muy correcto posgusto.
De largo el que más me gustó de la cata.

Como de todo lo bueno poco, este fue el quinto vino que se nos presento. Vino liberado desde hace mas de un año y que practicamente es imposible encontrar en el mercado, solo algunas botellas guardadas. Hemos probado a su hermano, el 2005 y son sumamente diferentes pese a proceder del mismo lugar. 2005 un año muy caluroso, como nos comento el Celler.

El vino es un tinto Picota, con unas piernas largas e interesantes, consistencia media. En nariz frutos rojos no hay duda, ademas de especies y quizas un tranfondo amantequillado del Roble Frances. En boca se confirma nariz, ataque al segundo tercio de la lengua y final largo y elegante.

Etiqueta y botella elegantes y sencillas. Lo volveria a probar, si hubiea botellas :). Lo acompañamos con fresas y pimienta para potencializar los sabores.

Es el bebe que con mas orgullo nos presento su papa Ricard. Creo que el año que la botella estuvo en bodega lo ayudo bastante. Ademas, el 2004 nos comentan que fue un buen año para la region.

Siempre se disfrutan las sorpresas en las catas, cuando presentan al hijo consentido.