A la vista es de color cereza muy oscuro, casi opaco.
En nariz es intenso, destacan los aromas de fruta pasificada, higos secos, regaliz negro (pastillas Juanola), la crianza le aporta aromas de chocolate y especias dulces.
En boca es denso, llena el paladar, con buena acidez y frescor, es calido y sabroso, tiene un fondo amargo que gusta y donde destacan las notas de regaliz, el final es larguisimo.
De los mejores vinos dulces tintos.

Cereza picota muy oscuro de capa muy alta. Limpido y brillante.

Aromas intensos a higos frescos y ciruelas pasas, picada de aceitunas negras (tapenade), notas cremosas de chocolate negro puro, arrope y algarrobas.

En boca se muestra potente, untoso, concentrado, pero moderadamente dulce gracias al magnífico equilibrio que le otorga la acidez que presenta.

Persistente y muy largo.

Continúa pareciéndome que este vino constituye "un postre por si sólo", aunque aompañando a una elaboración de chocolate, ya es "puro vicio".

Son varias las botellas que he consumido de este espectacular vino, que nunca me ha defraudado.

A la vista resulta de capa alta y color picota, muy denso, dejando entrever ya algún destello atejado.

La nariz es soberbia, profunda, con un marcado aroma a higos secos y ciruela negra madura.

En boca tiene un paso denso, envolvente y con una gran estructura. Los 16º de alcohol, perfectamente equilibrados. Su postgusto es larguísimo.

El maridaje... Pues como se comenta en otras notas sobre este vino, aguantará bien los postres con chocolate. Aunque a mi juicio no precisa de comida para su disfrute. Una buena compañía y una buena conversación, son más que suficiente para disfrutar este tremendo dulce.

La RCP, excelente.

Un vino dulce de calidad, con una relación calidad-precio fenomenal. Compradas directamente de la bodega, probamos la añada de 2006.
Rojo picota con capa muy alta, lágrima densa que colorea la copa.
En nariz tiene mucha personalidad, poderoso, muy agradable. Frutas maduras, moras, higos, ciruelas.. En boca es espectacular, sabroso, muy denso. Un final interminable, una suavidad del dulce de frutas maduras que es el mejor amigo de los buenos postres de chocolate, de los grandes quesos... Lo seguiremos de cerca.