De color amarillo dorado brillante, despliega aromas exuberantes de mermelada de frutas exóticas - piña, mango y guayaba - de helado de vainilla y de mazapán. Tiene la consistencia del aceite o del jarabe y recuerda a la jalea de membrillo, al bizcocho de albaricoque, a las uvas de Corinto y a la miel de azahar : nos ofrece una persistencia en boca bastante larga.  Por desgracia, su fuerte acidez no contrabalancea su alto contenido en azúcar residual - 240 g/l.- y el conjunto carece de sutileza y de elegancia : los vinos de hielo alemanes o austriacos procedentes de la riesling o de la grüner veltliner le dan mil vueltas. La botella de 37,5 cl. cuesta 60 €, un precio elevado pero justificado : este vino muy costoso de producir viene de lejos.

Aunque ya lo caté en el encuentro de 2010 un gran amigo me regaló una botella y he podido deleitarme en casa con este vino y dedicarle un buen rato de reflexión.
Todas las sensaciones son diferentes en este vino, la vista, la nariz y su sabor.
En visual es puro oro, amarillo ocre muy brillante con destellos dorados, muy elegante.
En nariz expresa mucho aroma a miel tostada y fruta en almíbar como el melocotón. Muy aromático.
En boca tiene una entrada significativamente original, con muy buen punto de acidez dentro del dulzor. Su recorrido es amplio, y qué decir de su persistencia, lo mejor sin duda.

Francamente agradable este vino de hielo... aunque menos que su hermano Riesling. Menos larga su acidez, algo más pesado su dulzor. Pero en líneas generales excelente. Buena estructura, buen paso por boca, amplio, sedoso, mucha fruta tropical, piña, mermeladas, mieles incluso.

Vaya vino. Ha valido la pena hacer tantos kilometros. Gracias Francesc ! he probado la añada 2006 ufff exquisito ! lástima no haberlo compartido con la persona que amo. Su color es amarillo paja muy cristalino, las uvas se han congelado de forma natural en la viña,y se recogen cuando las temperaturas caen por debajo de los 10 grados bajo cero. Durante el prensado de las uvas los cristales de hielo se separan del dulce nectar dando lugar al vino de hielo. Tienes aromas frescos y exóticos combinando notas de piña madura, jenjibre,papaya, albaricoque, con un punto de miel. en boca se nota el sabor dulce del azucar equilibrado con su acidez. Increible vino!! ideal para combinar con nata, postres dulces, mermeladas. Como me recuerda viejos tiempos...con los ojos vendados y una persona especial.

Prueba real y rozando la tautología, sobre la protección debido a la estructura y concentración de estos vinos, respecto al deterioro una vez abiertos, ha sido catar nuevamente una botella abierta para la cata del pasado 28 de Febrero en el 8º Encuentro Verema, y solo decir que el recuerdo y semejanza con el catado en su día era tal, que costaría diferenciar una botella recién abierta, con esta ya abierta hace casi 40 días. Un plus más para estos vinazos.

Cata monográfica de los vinos de hielo en el 8º Encuentro Verema. Ponencia de D.José Gonzalez Godoy, vinos importados por Comercial de Vinos Perea www.vinosperea.com

Hablar de icewine es hacerlo de la bodega con mayor tradición "Inniskillin" y su deslumbrante Cabernet Franc, procedentes de tierras Canadienses 'Ontario' único lugar del mundo donde se elaboran icewines de uvas tintas, destacando los Cabernet Franc.

La variedad reina junto a la Riesling de los vinos de hielo canadiense, variedad híbrida de gruesa piel, creada por el genetista francés Jean Vidal, del cruce de ugni blanc (Trebbiano) con la nativa americana rayon d'or.

Espectacular su puesta en escena; amarillo oro muy dorado y evolucionando hacia notalidades de oro viejo. En nariz se mueve con exotismo, notas de papaya y de orejones que le aportan madurez y conjugan con los apuntes de fruta escarzada y miel de romero. En boca se muestra largo, sostenido, denso, sensación de caramelo y miel con un fondo cítrico que le aporta frescura.

Amarillo brillante de aspecto denso. Tiene una nariz intensa y atractiva, muy expresiva, bien definida y con notable profundidad, en la que destaca la fruta con hueso en almíbar (melocotones y albaricoques), la miel de acacia, los toques de azúcar quemado y un fondo de vainilla. En boca tiene un ataque intenso y elegante, con mucho peso de fruta en boca (de nuevo fruta con hueso madura), untuoso, con nervio, con una trama magnífica, compacta pero delicada, largo y con estructura. Muy rico.