El maestro Andreu no me deja casi nada que añadir. Madera perfectamente integrada, vino complejo pero muy didáctico, con muchos matices fácilmete apreciables. Botella tan bonita que da pena tirarla. La RCP es mala (18€).
Amarillo dorado, de intensidad media. Billante. Aroma inicialmente dominado por notas de madera (anisados, mentol, ahumados, mantequilla), aunque de forma sutil y no molesta, sobre un fondo de fruta de hueso ácida y cítricos (naranja, mandarina). Al rato, la madera queda en segundo plano y toman predominio las notas frutales acompañadas por leves recuerdos florales (azahar, jazmín). Una nariz muy fresca y sugerente. En boca es seco (no completamente) y cremoso. Suavemente cítrico (naranja amarga), con presencia de fruta de hueso no demasiado madura (ciruelas, melocotón, albaricoque) y leves recuerdos de madera muy bien integrada. El paso es cálido, muy fresco, fino y elegante. Ligero, sabroso y equilibrado. Final discretamente graso, frutal, cítrico (otra vez la naranja y mandarina), suave y agradablemente amargo y con tenues recuerdos tostados. Buena y sutil persistencia. Un vino muy delicado pero sólido, acaba enamorando. Muy bueno y personal, aunque algo caro (17€). Clásica y preciosa botella.
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