Tiene una buena intensidad olfativa con juegos de fruta roja y negra refrescados con balsámicos y finalizando con un punto metálico.
En boca el tanino es quizás algo secante pero el sabor a fruta roja carnosa y ácida (frambuesa) es muy rico. Esta acidez nos da pistas de que seguirá por buena senda.
Recomendable.

Mucho tiempo hace, desde mi última cata con otros vinos de Toni Coca.
En este caso, vuelvo a este agradable y resultón tinto de la bodega.
Visualmente se presenta con un rojo granate de capa media en la copa.
La nariz ya la recordaba tan atractiva como en esta añada. Es uno de los puntos fuertes de este vino. Algo de fruta licorosa (ciruelas) grosellas... Pero sobretodo lo que le dá mucho "punch" son esos balsámicos tan bien presentes y definidos (algo de regaliz, mucho más mentolado...) redondean el conjunto de manera decidida. En mi opinión se nota bastante la Cariñena y su carácter de la tierra. Las demás variedades, pondrán luego su granito de arena. Y...por qué no? algunos minerales de fondo.
La boca sigue estando todavía muy viva. Curiosamente, en esta fase, la fruta parece más joven, roja y ácida que no en la nariz. Tiene una acidez bastante marcada y un recorrido en el paladar con un final cálido y que nos recomienda disfrutar este vino fresco y si no, darle todavía reposo un tiempo, pues merece la pena sentirlo evolucionar.
Otra buena creación de su elaborador y un grato encuentro el que tuvimos con este vino.

Color picota de capa baja y tonos frambuesa.
Nariz de intensidad alta (el color presagiaba otra cosa). Fruta roja confitada, balsámicos muy finos de menta. A copa movida despiertan puntos de conserva bastante agradables. Quizá algo desbocado, pero con calma y reposo, evolucionará.
Boca potente, tanino fino de corte cálido, paso goloso, incluso con algo de fresa en gominola. Final muy frutal, casi masticable.