Restaurante Komori en Valencia
Restaurante Komori
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
40,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Sábados mediodía, domingos y festivos
Nota de cata PRECIO MEDIO:
58 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.6
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.8
Comida COMIDA
7.8
Precio medio entorno ENTORNO
7.9
RCP CALIDAD-PRECIO
6.6
Menú del dia
Cremoso de Yuzu
Carrillera en Salsa Teriyaki
Unagi Futomaki
Maguro Picante
Usuzukuri a la Bilbaína
Vieiras con Sal de Chorizo
Tartar de atún toro
Ramen no gyoza
Selección de nigiris
Opiniones de Komori
OPINIONES
18

Encantados con su "hemano mayor" de Madrid decidimos acercarnos a Komori

El local sigue una linea minimalista de corte frío, ambiente que no se suaviza a pesar del esfuerzo de personal de sala por agradar (se les notaba algo encorsetados, quizás por directrices de la gerencia)

Elegimos el menú largo que acompañamos con el sake que nos recomendó una de las jefas de sala.

Sobre el menú:

- Sunomono de perdiz: A pesar de la innegable finura de la perdiz, la combinación de acidez del escabeche y las algas se solapa y no permite apreciar los (supuestos) matices de fusión.

- Vieras con sal de chorizo: Excelente materia prima, pero resulta en un plato que no transmite nada mas allá de eso.

- Usuzukuri a la bilbaina: Este plato me demostró lo peligroso que puede ser intentar hacer cocina de fusión con según qué elementos y qué cocinas, creo que a la finura del pescado crudo el ajo y el adobo no le hacen un favor, siendo un sabor fuerte que mata el invento.

- Maguro picante: Cierto que estabamos pidiendo un menú degustación, pero la ración fue bastante escasa, aunque la dosis excesiva (o mal repartida) de wasabi hizo que se nos hiciera largo.

- Selección de niguiris: Consistente en "huevo de codorniz con trufa" que si bien era sabroso por sus ingredientes, era demasiado pesado y carecía totalmente de finura, el siguiente era la hamburguesa wagyu correcta sin mas (aprovecho para decir que parece que el wagyu va camino de ser el nuevo foie, las nuevas espumas, etc, en todos los lados nos lo quieren endosar, pero pocos saben preparala como merece) para acabar con el niguri de pez mantequilla con trufa blanca, que realmente estaba magnífico.

- Futomaki de anguila: Muy bien trabajado, un acierto.

- Rabo de buey wagyu en teriyaki: Sabroso, meloso, tierno pero como cientos de platos de rabo de toro que podeis probar en sitios con menos pretensiones.

- Cremoso de yuzu: Buena combinación de dulces y ácidos que no tiene nada mas destacable.

En general un menú descompensado, con sugerencias clásicas, extrañas fusiones, platos bastante anodinos, no nos quedamos con ganas de volver, hay en Valencia mejores opciones (no muchas, es cierto) para disfrutar de la cocina japonesa, tanto clásica como más atrevida, no está a la altura de su hermano madrileño.

Como último detalle, decir que tuvimos que aparcar en el parking del hotel Westin por ser Fallas y que el restaurante solo te bonifica el 50% del coste del aparcamiento, un detalle ciertamente muy pobre para las ínfulas del negocio.

Tras un intento previo fallido, consigo mesa para ayer sabado (5 personas) Habia oido (mal informado) que era pequeño, intimista, con pocas mesas.
Nada mas lejos de la realidad. Comedor para unas 50-60 personas, con decoracion que deja algo que desear (aunque sobre gustos no hay nada escrito) e iluminacion bastante lejos de ser intimista. Afortunadamente, consta de zonas un poco apartadas del comedor central, muy concurrido y ruidoso.
Carta muy sugerente con una fusion de cocinas de lo mas apetecible. Carta de vinos (como comentado por otros anteriormente) bastante interesante tambien. Nos decidimos por un Cillar de Silos y empezamos a pedir. Primer fiasco: no tienen toro, pero chu-toro. De ahi que 2 de los platos que ibamos a pedir no cuajaban bien con esta parte menos grasienta del atun. Pedimos en total unos 6-8 platos variados para compartir, sobre las 22.30h. A las 2330h, despues de unos aperitvos de algas y unos edamames que pedimos para "ir haciendo tiempo", traen el primer plato. Una hora y media mas tarde acabamos de cenar, evidentemente quedandonos igual que al entrar, ya que la digestion la hicimos entre plato y plato. Todos y cada uno de los platos estaban sencillamente exquisitos. Mezcla de sabores y texturas espectaculares! Que lastima que fuera empañado por tan nefasto servicio.
Lo peor de todo esto no es el servicio de cocina, que dejo mucho que desear, sino la ausencia de excusas y peor aun la ausencia de disculpas por semejante retraso.
¿Quiza el tiron que tiene el restaurante le permita tener estas licencias? es su decision. Incluso supimos que solamente habian 2 personas en cocina para hacer sobre pedido todos y cada uno de los platos ¿?
Se que soy la primera nota discordante en la critica a este restaurante, que por otro lado, ofrece unos platos magnificos, pero espero que haya sido un cumulo de cirscunstancias adversas el que nos haya tocado vivir a nosotros anoche!

Aprovechando la visita de unos amigos estadounidenses que querían celebrar el Día de Acción de Gracias lejos de su país nos acercamos a Komori el jueves pasado para encontrarnos un restaurante a rebosar dentro del hotel Westin de Valencia.

Tomamos el menú degustación de 42 euros que ya ha sido descrito con detalle en las entradas anteriores, acompañado de Pasamonte blanco de Bodegas Vegalfaro. Nos quedamos gratamente sorprendidos por las propuestas del chef, en muchos casos inesperadas, y en todos ellos interesantes de saborear. Cocina japonesa con fusión occidental muy conseguida, que quizá pueda desagradar al que vaya en busca del purismo japonés.

De todos los platos que tomamos destacaría, sin duda, el tartar de toro, exquisito, con el punto justo de wasabi.

Pasado ya un tiempo prudencial desde mi visita, tras mucho meditar sobre lo allí acontecido, me decido a contaros mi experiencia y sensación de la visita a Komori.
Hablar de entorno de este restaurante es apostar por caballo ganador. El lujo de esta cadena de hoteles está asegurado durante el largo pasillo que conduce al restaurante, que tampoco escatima en medios y destila una atmósfera apacible, muy zen.
Ofrecen dos menús cerrados y optamos por el menú más largo de 42€ que paso a comentar.
- Sashimi de fruta: Gajos de mandarina y unos cortes de mango sobre hielo pilé. Un entrante algo soso y falto de originalidad que te hace revolverte en la silla.
- Sunomono de perdiz: como no como este tipo de aves, lo cambiaron en mi caso por pepino macerado en vinagre de arroz. Correcto sin más, un bocado fresco de preámbulo.
- Usuzukuri de adobo: Corte fino de pescado blanco, en nuestro caso, dorada con adobo gaditano. Aunque sinceramente, ese adobo gaditano me recuerda más al mojo verde canario. No quiero pecar de purista porque creo que no lo soy, pero me chirrió un poco esta mezcla de sabores y el plato lo sufrí más que lo disfruté.
- Usuzukuri de mojo: Ahora mojo picón con pescado blanco, pargo en este caso, con salsa ponzu. Misma sensación que el anterior. Buena calidad de pescado, presentación sencilla y ese chirriar que parece que se va engrasando, tal vez por ya por uno se va a acostumbrando a la filosofía del restaurante.
-Ramen no gyoza: Primer plato de quitarse el sombrero, relajarse en la silla y empezar a disfrutar. El ramen es una especie de sopa, normalmente acompañada de fideos, con un sabor potente y muy rica. La gyoza es una pequeña empanadilla, normalmente las he comido al vapor, tipo dim sum, pero en este caso la gyoza va sumergida en la sopa y el sabor del cerdo ibérico con el guiso asiático es excelente.
- Tartar de atún toro: Se presenta y elabora en sala como si de un steak tartar se tratara. Nos preguntaron el punto de picante y lo mezclaron con una yema de huevo. Plato muy bueno también, con una presentación intachable, un buen servicio de sala y un sabor óptimo.
- Selección de nigiri: Sobre las famosas camas de arroz se elaboran tres preparaciones. Un huevo de codorniz con trufa, pez mantequilla con trufa y nigiri de steak tartar. El primero exquisito, en el segundo la calidad del pez mantequilla pasa a ser secundaria, pues con el sabor potente de la trufa tan solo pasa a ser una textura, exquisita, pero creo que se pierde aquí la calidad de pescado. El tercero... pues eso, steak tartar sobre lecho de arroz hervido, no le acabé de encontrar la gracia. Estos tres nigiris, estando realmente buenos, me vuelven a parecer platos no "muy japoneses", por lo que me cuesta entenderlos en este entorno.
- Nigiri de anguila ahumada de la Albufera: Sencillamente sensacional. De los mejores nigiris de anguila ahumada que he comido nunca.
Rabo de buey con salsa teriyaki: Perfectamente deshuesado y servido de desmenuzado en mesa es un buen plato para acabar la cena. Excelente el rabo de toro con esa salsa teriyaki que habrá que probar cómo sale en casa.
- Cremoso de yuzu: Postre basado en un cremoso y una gelatina de yuzu, cítrico similar a la mandarina, con fresas y pipas de calabaza garripañadas. Buen equilibrio entre esas notas dulzonas de las pipas y el azúcar con las notas cítricas.

La carta de vinos es extensa, bien escogida, con algunas marcas que no desentonan sobre todo con el entorno, para un cliente más selecto y de alto poder adquisitivo (Dom Perignon, Cristal, etc.). No obstante dispone de vinos más asequibles, algunos con precios realmente ajustados, como el Blanco Nieva Pie Franco que tomamos por 15€ en copas de calidad y con un servicio atento y esmerado.

En lineas generales el restaurante nos gustó y no dudo que volveré pero, tal vez por unas expectativas demasiado elevadas que yo mismo me había formado, sobre todo en cuanto a autenticidad, versus originalidad que es lo que creo que se ha buscado y, para mi gusto, se cae en un punto de occidentalización de la cocina.
No obstante, si te gusta esta cocina, debes ir.

La verdad es que tenia muchas ganas de ir, pero...

El local esta situado dentro del hotel Westin, marco que le da un aire de exclusividad que a otros proyectos gastronómicos (Torrijos) le peso como una losa en estos tiempos de crisis. Destacaré por ello la contención en los precios de este proyecto,( menús de 38 y 42 €) que llega a Valencia de la mano del grupo Kabuki en asociación con La principal.

Ideario gastronómico, cocina de fusión, japonesa y mediterranea.
Tome el menu de 42€, compuesto por los mismos platos que relata Luisvic en su visita del día 27 de octubre, por lo que no me extenderé en relatarlos.

El local es acogedor, mesas con distancia que garantiza la privacidad, técnicamente nada que reprochar, las materias primas de buen nivel, el servicio de vino correcto, aunque me disgusta que tras leer la carta y decidirte por un vino, me digan que justo ese esta agotado. No cuesta mucho esfuerzo informar de ello previamente, alejando así la sensación de jugar a los barcos y que otras elecciones también puedan acabar en "agua".
Acabamos tomando 2 botellas de cava Gramona III Lustros Gran Reserva y La Danza de la Moma crianza 2008, de la bodega los Frailes, un interesante monastrell con marselan.

El menu propuesto tiene 2 partes claramente diferenciadas, la primera más "japonesa" resulta aburrida, con repetición de texturas, cortes, y de una uniformidad cromática que uno no espera al elegir comida japonesa. Posiblemente la vajilla muy oscura no ayude en este sentido. La segunda, consigue remontar la comida, teniendo su mejor momento con la llegada del rabo de buey con salsa teriyaki.

En resumen una cierta sensación de decepción, como bien a descrito "abreunvinito" en su comentario previo, una velada gastronómica falta de alma, ...como un castillo de fuegos artificiales disparado por un alemán. :)

Anoche cenamos en el Komori de Valencia. La decoración un poco rancia y conservadora, pero eso es lo de menos. Lo importante es que la comida me pareció espectacular; superbien elaborada, con muchísima técnica,con diferentes texturas y matices y materias primas de primerísima calidad. Pedimos el menu corto de 38€, un riesling de 18€ y un sake para finalizar. Soy superfan de la comida japonesa y la cena de ayer me pareció impresionante.
LO MEJOR:
- Sunomono de perdiz: Perdiz escabechada dulce con algas
- Usuzukuri de adobo: Corte fino de pescado blanco con adobo gaditano
- Usuzukuri de mojo: Corte fino de pescado blanco ( Denton) con mojo y patata morada
-LA SELECCIÓN DE NIGUIRIS PARA MORIRSE DE BUENOS, LO MEJOR DE LA CENA, SIN DUDA:
o Nigiri de huevo frito de codorniz con trufa
o Nigiri de pez mantequilla con trufa
o Nigiri de steak tartare ( el arroz estaba como frito, mmm)
o Nigiri de anguila de la Albufera
- Cremosos de Yuzu: Cremosos y gelatina de yuzu.
Para los amantes de la cocina japonesa... No dejéis de probarlo... No os defraudará... El mejor restaurante japonés de Valencia y posiblemente uno de los mejores de España.

Mucha expectativa, marco incomparable en uno de los mejores hoteles de Valencia, pocas mesas y muy buena distribución con opcion de estar frente a los elaboradores (no diría cocineros) aunque no se les ve el trabajo que estan haciendo. Muy buen aislamiento acústico (a veces cuesta oir al camarero que explica el plato). Manteleria, copas, cuberteria, servicio de vino, emplatado... de primer nivel.
Gran carta de vinos con predominio de blancos (mejor maridaje?)con precios habituales. Tomamos (tras acertar el blanco inexistente) 2 botellas de cava Gramona III Lustros Gran Reserva muy bueno y buen maridaje (¿madiraje existe?)y un sabroso y algo goloso tinto para el final de La Danza de la Moma crianza 2008 (que gran uva esa marselan), aparte de agua sin gas y alguna cerveza antes de empezar (por cierto tienen 2 variedades de cerveza japonesa que nos enteramos luego porque tampoco se ofrecieron inicialmente).
Dos menús a elegir uno más corto y fuimos al largo de 42€ a mesa completa y minimo 2 personas (ojo los singles). Nosotros eramos 5 por lo que sin problemas. Como suele ser en estos casos, una sucesión continua de platos que te hace estar comiendo durante hora y media con un servicio en tiempo correcto.

Sashimi de frutas: fruta pelada sin ninguno aditamento: muy pobre. Sunomono de perdiz (perdiz con algas) algo insípidas las algas y una mezcla con el escabeche no acoplada. Usuzukuri de adobo (pescado blanco en adobo gaditano) si lo comparas con el inspirador pues se queda corto. Usuzukuri de Mojo (pescado blanco con mojo y papa arrugada) más sabroso y bien integrado. Usuzukuri de Ponzu (pescado blanco con salsa de ponzu bien. Ramen no Gyoza (sopa de ramen con cerdo ibérico y salsa tobanjan) agradable sopa pero nada espectacular.

A partir de aquí hay una gran mejoria:
Tartar de toro (tartar de atun con cebolleta y huevo de corral) muy sabroso y de calidad. Seleccion de Nigiris, posiblemente lo mejor: de pez mantequilla con trufa, de huevo frito, de anguila de la albufera (demasiado seca pero buena). Rabo de buey (rabo de toro deshuesado en la mesa y con salsa teriyaki) muy sabroso, bien cocido y bien especiado. de postre cremoso de Yuzu (cremoso y gelatina de yuzu, fresas y pipas de calabaza garrapiñadas: creativo, bueno y sabroso.
Acabamos con los cafés correspondientes como buenos españoles cada uno de una forma: con hielo, cortado, descafeinado, normal.....

Sensación y comentarios: muy bonito guión, bien planteado, pero muy monótona la primera parte del menú y poco aporte creativo. En cualquier caso hablamos de muy buena calidad; para mí, no digo que decepciona, pero le falta un poco de alma.

Desde que me llegaron los rumores del proyecto que se estaba cociendo entre manos, estaba ansioso porque la noche de ayer llegara. He de decir, que no tengo el gusto de conocer los restaurantes de Madrid (gente me había hablado muy bien de ellos).
El local, me gusto mucho, para estar completo con mesas de grupos en ningún momento tuvimos que alzar la voz. La decoración es moderna pero no resulta fría ( las tonalidades blancas se estarán acabando??) Vajilla, cristalería creo que muy bien, las copas no sabría decir cuáles eran.
El servicio, fue exquisito con un toque muy profesional y cercano a la hora de explicar cualquier plato o duda existencial (habían muchas….)
En el rodaje tras la inauguración trabajan con 2 menús (creo que la diferencia era que uno tenia tartar y el otro no) 38 y 42 €, elegimos este segundo.
Cenamos con agua y una botella de Pie Franco (Gracias a Paco Higón por enseñarme esa bodega) que acompaño perfectamente durante toda la velada.

El menú consistía:
- Sashimi de fruta : Aperitivo de fruta cortada en sashimi ( mango y mandarina sobre capa de hielo picado)
- Sunomono de perdiz: Perdiz escabechada dulce con algas ( menudas algas, que ricas)
- Usuzukuri de adobo: Corte fino de pescado blanco con adobo gaditano ( con una capa de tempura como si se tratara de pescado frito )
- Usuzukuri de mojo: Corte fino de pescado blanco ( Denton) con mojo y patata morada
- Usuzukuri de ponzu: Corte fino de pescado blanco ( Lubina) con salsa ponzu
- Ramen no Gyoza: Dimsung de cerdo ibérico en sopa de ramen con salsa tobanjan
- Tartar de toro: Tartar de atún, cebolleta y huevo de corral ( cuando lo sacaron a la mesa nos preguntaron cómo lo queríamos si picante o no)
-Selección de nigiris:

o Nigiri de huevo frito de codorniz con trufa
o Nigiri de pez mantequilla con trufa
o Nigiri de steak tartare ( el arroz estaba como frito, mmm)
o Nigiri de anguila de la Albufera

- Rabo de buey: Rabo de toro con salsa teriyaki
- Cremosos de Yuzu: Cremosos y gelatina de yuzu, fresas y pipas de calabaza garrapiñadas
La expectativas se cubrieron y posiblemente gracias al menú, probé cosas que a la carta no me hubiera atrevido a pedir por ejemplo el nigiri de anguila (lo preparan al carbón y luego le dan una capa de salsa, estaba muy rico)
Detalle de la casa es que no cobran ni el agua ni los cafés, total con vino 101€
Volveré en un tiempo para seguir disfrutando de una comida, local y servicio exquisito

No vi mucho la carta de vinos, pero el vino fueron 17€ precio mas que correcto.

No pude hacer fotos pues me deje el móvil en el coche

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