Llegamos a Cambrils sobre las siete y media de la tarde, sin idea clara de si cenar, ni mucho menos donde. Una vez nos entro hambre la primera opción fue Can Bosch, pero nos sorprendió que estuviese cerrado. Seguimos paseando y viendo más lugares, para evitar caer en el primer rincón que encontrásemos. Finalmente nos decantamos por Bresca. Local muy pequeño, en una calle no muy frecuentada, pocas mesas pero con separación suficiente. A parte de la nuestra, sólo otra ocupada. Mesas bien vestidas, con buen menaje. Una chica agradable en sala, y dos personas en cocina. Más que suficiente. Carta no muy extensa, pero con platos muy apetecibles. Optamos por lo siguiente:
Aperitivos:
- Flores de calabacín cubiertas de parmesano (cortesía de la casa).
Primeros:
- Ensalada de atún con soja y gengibre. Un taco de atún marinado cubierto por ensalada (17 € sin iva).
- Pulpo, patatas, all-i-oli. Pues eso; patatas confitadas, pulpo y all-i-oli por encima (15 €).
Segundos:
- Merluza con calabcín. Un taco de merluza sobre dos pedazos de calabacín con una ralladura de parmesano (18 €).
- Rape con cebolla. Un pedazo considerable de rape con cebolla y sopa de cebolla con almendras laminadas (19 €).
Postre:
- Melocotón cuadrado con helado. Un aspic de melocotón laminado con una quenelle de helado de ¿mango? (6 €)
Sólo tomamos un postre, ya que en principio la idea era compartir un primero por no tener excesivo apetito.
Completaron la cena unos buenos panecillos, a elegir entre tres tipos (1'40 € por persona), una botella de agua (2'40 €), y una botella de 1/2 de Gramona Gessamí (8'75 €).
La carta de vinos cortita, con varias denominaciones, y en general bastante ajustada de precio. Bien. Servicio del vino consistente en dar a probar y después autoservicio.
En resumen, muy buena comida, calidad, raciones abundantes y un trato muy correcto y agradable. En mi opinión totalmente recomendable.
Se me olvidaba, los precios son sin IVA.

Un aperitiu que em portava a infantessa i als viatges a Itàlia, flors de carabassó rebossades.
De primer vam demanar un arrós d'escamarlans i llonganissa, puixat de gust, però amb uns escamarlans de textura i cocció perfectes; i verdures amb vieires al wok, tot al se punt, la vieira es desfeia a la boca i no estava crua.
De segon, un rap amb espinacs, xampinyons i ceba caramelitzada, bó. I fetge d'anec amb pomes.
De postres, tarta fina de peres, feta al moment, d'una textura increïble.
Per veure una copa de vi de la casa ( un priorat) i aigua.
Dos cafès.
Restaurant totalment recomanable, plats abundant, coccions justes; bon servei, local petit però ben resolt.

Entorno tranquilo que simula un pueblecito mediterraneo, mesas muy juntas y con ventiladores para el calor (raro). Cocina abierta. Al ser tan pequeño no pregunta sobre fumador o no, nos situan en una mesa con dos "chimeneas al lado". Pedimos cambio de mesa y no hay problema.
2 adultos, 1 niño y 1 bebe:

Langostinos con patata (geniales)
Rape con espinacas y pasas (normal)
Magret de pato y cous-cous (el magret duro)
Pinay coco y galleta de cacauete (muy bueno)
Ravioli crujiente de manzana (rico)
Con agua, cerveza y cafes:
87.15

Está en una zona turística pero va contracorriente.
Local pequeño, muy pequeño, cuidado, con carta interesante y con muchas ganas de agradar.
Quizás con lo reducido que es el local esperarías un trato más equilibrado (hay días que están más por uno que otros) pero es correcto.
buena cristalería, mantelería y loza correcta.
los platos están trabajados (con buenas ideas como una sopa maravilla seca de caldo de pescado que hace de cama para trozos de lenguado), no son excesivos, ni en cantidad ni en diversidad pero superando con creces los platos teóricos que le tocarían por estar donde está.

Recomendable, que no se paren, que sigan adelante... hay camino y tienen buenas mimbres.

Todo un descubrimiento en Cambrils, tuvimos una cena realmente sosegada y cada vez que avanzaba la disfrutábamos más.
El sitio es pequeño, el ambiente sencillo y cálido, en la parte de arriba se encuentran los baños y unos sofás de espera o para tomar el café.
Todo estaba buenísimo, los sabores marcados y ninguna pega.
Para cenar tomamos el degustación unos 48 Euros por barba, lo pasamos realmente bien, como aperitivo una crema de calabaza con foie en mi cuit, le siguió un timbal de patata con langostinos y vinagreta de tomate, después la "cigala maravilla", unos callos de bacalao con alcachofas, lubina como pescado y para terminar manitas de cerdo rellenas de morcilla. Lo dicho, todo buenísimo, los sabores, temperaturas, texturas, de verdad para disfrutar.
Nos llevamos alguno de los vino que tomamos, es lo que tiene ser un "freake" vinícola e ir con otros del mismo palo, fue una noche dedicada a la garnacha blanca catalana. Vino blanco experimental 2007 del Portal del Montsant Garnacha Blanca y Chenin Blanc; después un Trossos blanc 2007 magnum (Garnacha blanca) super limitada producción; le siguió un Terra Remota Caminante 2007 (el mejor de la noche)(Garnacha Blanca, Chenin y Chardonnay),un interesantísimo Empordá del pequeño pueblo de Sant Climent de Sescebes. Como tinto probamos un Sumoll 2004 de Jané Ventura (Curiosísima variedad), aunque un poco evolucionado muy interesante
Bueno y poco más que añadir, que lo paseis igual de bien.

Fantastico un restaurante que siempre recordare, con esos tonos lilas i marrones muy elegante, el trato fantastico son grandes profesionales en el oficio tanto en cocina como sala, camara especial para vinos con bastantes denominaciones y copas adecuadas.
Estupendo manejo de los fogones con Xabier Ferrate al mando, todos los platos sorprendentes con gran armonia el aperitivo no lo recuerdo pero fue muy bueno a mi novio le encanto, el arroz de cigalas estupendo en coccion y sabor, los salmonetes perfectos de coccion con un lecho de trinchad muy rico y frescos el entrecott sensacional y super tierno, los postres algo flogillos por el nivel de la cocina los postres sencillos pero ricos, cafes perfecto y todo acabado con unos peti-fours que son de agradecer.El dia perfecto y el sitio tambien, bolveremos.

Restaurante totalmente al margen de la oferta tradicional que te sueles encontrar en primera línea de playa de las zonas turísticas del litoral. Local intimista y acogedor. Trato cordial, sin excentricidades. Carta de platos razonable y reconococible, con raciones generosas y muy buena materia prima. El trato del vino, más que correcto, con copas Riedel, buena temperatura de servicio y una carta de vinos con una buena representación de vinos de Cataluña a precios muy comedidos (tomamos un Mas d’en Compte Blanc 2006 a 17 euros). En general, sitio muy recomendable.

Me parece un sitio maravilloso, tranquilo, relajante, agradable, coqueto, esto en cuanto al local, si ademas le añadimos una comida estupenda en todos los sentidos, tenemos un resultado magnifico, el servicio atento, la carta corta pero suficiente, buena bodega sobre todo con los vinos de la zona. Realmente es un restaurante para disfrutar de una agradable velada. De lo mejor de la provincia, en fin me resulto realmente maravilloso, altamente recomendable, volvere con toda seguridad.

Segona visita al Bresca i novament satisfets de la seva cuina, del local i del tracte. De primer una amanida de tonyina i llenties i una coca de navalles i samfaina. Els segons uns peus de porc amb botifarra negra exquisits i un llenguado. El vi, un Bru de Verdú recomanació de la propietària. Un lloc altament recomanat per la finura de la seva cuina, la tranquilitat del local amb poques taules i el tracta rebut. Es nota que hi ha amor per la cuina...

En tarragona se cuece algo importante, esta semana he visitado en morell la grava y ahora la bresca, que por cierto nos lo recomendo mario ya que los cocineros de ambos restaurantes son intimos.
un festin de platos con fundamento, equilibrio entre tradicion i autor, acompañado de una puesta en escena de alba (`pareja de xavi, el cocinero)de admirar. local ideal para parejas con ganas de probar los nuevos caminos de la cocina en tarragona.
semana para soñar con el futuro de tarragona,gracias bresca i grava, suerte¡