De entre todas las opciones que hay para hacer un alto en la A3 destaca Hostería Casa Palacio de Uclés, restaurante de cocina manchega tradicional, pero de elaboración moderna, en una casa señorial conquense del siglo XVI.

De primer entrante te obsequian con un rico morteruelo, como siguientes entrantes optamos por:

• Risotto de conejo al romero: plato muy rico de sabor campestre (también lleva tomate seco y queso manchego) que es un buen comienzo.

• Croquetas ajorrieras con asadillo manchego: discretas croquetas que no estaban al nivel del primer plato.

• Torrija de Jamón Ibérico: aceptable, lo mejor la textura (muy esponjosa)

De plato principal escogimos el tojunto de Cordero, plato típico manchego que viene a ser guiso de cordero desmenuzado con verduras. Muy rico gracias sobre todo al intenso sabor que viene del propio jugo de la carne.

De postre se agradecen opciones digestivas coma la pera de agua confitada o el taboulé de naranja aunque el que aún tenga saque puede optar por ejemplo por los crepes de gachas dulces.

La carta de vinos no es muy amplia aunque tiene una buena selección de vinos de la zona, siendo como es lugar de paso y reposo, también se agradece la opción de vino por copas.

Resumiendo, agradable restaurante en el que hacer una pausa que destaca por el entorno y también el servicio muy agradable y veloz.

De vuelta a Valencia, agotadas nuestras vacas por la bella y verde Extremadura, paramos en este pequeño pueblo cercano a Tarancón para reponer fuerzas.

Previa búsqueda en Verema nos acercamos a este curioso restaurante a modo de palacete.

Nos acomodaron en una mesa junto al patio interior. En un principio estaba muy tranquilo pero luego se fue animando la cosa.

Tras ojear la carta, el camarero nos aconsejó un poco sobre nuestra elección y optamos por nuestra favorita... "todo al centro".

Mientras esperamos la comida se imponen unas cervecitas y nos obsequian con una tapita de Rabo de Toro desmigado. Potente y sabroso.

~ Croquetas de Ajoarriero con Asadillo Manchego. De costra gruesa y crujiente y un interior que nos resultó excesivamente cargado de bacalao, por lo que quedaron saladas y un poco secas para nuestro gusto. Acompañadas de un rico asadillo manchego a base de pimiento, tomate, ajo...

~ Ensalada de codorniz en escabeche de calabaza, gelatina de perejil y ajo dorado. Presentada a modo de tártar con mezcla de lechugas, cebolla pochada, calabaza, judías verdes, ajos laminados confitados, ahí estaba la codorniz escabechada de forma correcta estando todo aliñado con pimienta negra. Buena pero sin destacar.

~ Risotto de conejo al romero con tomates secos y peineta de queso manchego. Un agradable risotto muy logrado que además del conejo deshuesado llevaba cebolla, pimiento verde, cebollino... El mejor plato.

~ Torrija de jamón ibérico con setas y crema de mojete con frutos secos. Tal y como nos explicaron la Torrija va bañada en leche y además en el caldo del jamón, por lo que la esperaba más jugosa. Iba cubierta de setas y jamón y reposaba sobre una base de crema de pimiento y tomate frito. Se quedó en correcta.

No había sitio para el postre por lo que finalizamos con un café solo.

Pan de hogaza troceado, corteza gruesa y crujiente y abundante miga. Rico!

Para beber, y puesto que había que seguir con el coche, nos apañamos con tres tercios de Mahou en total.

El comedor era bonito y sencillo, con unas 15 mesas bien vestidas en blanco y chocolate. Vajilla funcional también en blanco y resto de menaje muy correcto.

El servicio joven, uniformado y resuelto.

Restaurante que cuenta con todo tipo de servicios: una barra más informal a la entrada, un patio interior a modo de terraza, un luminoso comedor, incluso habitaciones para los viajeros.

En definitiva, unas buenas instalaciones en un bonito enclave pero un producto algo falto de "punch".

Excelente comida en el restaurante Villa de Ucles.

Comimos de entrantes para compartir una ensalada de gulas con palitos del mar y gambas templadas maravillosa y una parrillada de verduras.

Luego nos tomamos un arroz con bogavante que es la especialidad de este nuevo restaurante.

El vino que tienen es muy variado y selecto, casi todo de la D.O de Uclés. También tienen vinos de la rioja.

Nos comentaron que lo lleva una nueva gerencia desde el 1 de Julio. Son gente encantadora que nos atendieron perfectamente a pesar de que habia mucha gente comiendo ayer domingo.

Espero que puedan disfrutar de una comida en este restaurante como nosotros lo hemos hecho

Gracias por todo

Un lugar hermoso. Una carta que en pleno enero anuncia "platos frescos de primavera verano", con lo significa que no ha habido ningún interés en ponerse al día.
Poco amor por la tierra, pese a tener una carta de vinos con precios asequibles y algunas de las novedades de la d.o Uclés.
Servicio insuficiente, y comida poco grata, con un tremndo arroz de setas repleto de nata y unos langostinos congelados insípidos, así como el secreto, el entrecote o un bacalao que acompañaba unos pimientos a la brasa?, que daba vertigo. Pese a compartir platos ha dado la sensación de caro, por lo poco apetecible que eran los platos que llegaban a la mesa. A excepción de un morteruelo, muy rico.
Un autentica lástima.

Precioso restaurante enclavado en una antigua vivienda de la zona. Buena distribución de la mesas alrededor de un patio interior acristalado del que se disfruta durante toda la comida.
Cocina típica manchega de cuidada presentación y buena calidad. El morteruelo se podría mejorar pero el ajoarriero y las carnes que tomamos estaban exquisitas.
Extensa y bien escogida carta de vinos, copas correctas pero servicio del mismo inexistente. Se deja la botella encima de la mesa y adiós. El servicio en general no estuvo a la altura de las circunstancias: olvido de platos, poca atención en las mesas, nos dieron las cartas de los postres mientras comíamos los segundos...
Algunos detalles feos que no acabaron de gustarme fueron la suma del IVA, cuando no se indicaba en carta, y el ofrecernos unos chupitos de orujo al pedir la cuenta, chupitos que fueron cobrados también en la minuta.
El resumen es que el restaurante está bastante bien pero si pagas 40€, se debe exigir un mínimo de interés por el cliente y la profesionalidad del servicio se debe hacer patente.

Varios comensales pero todo lo que sigue estupendo: Salsa tartara con arenques, moreteruelo, ensalda de salmon con queso y aguacate, canutillos de salsa de cebolla, chipornes rellenos con ajoarriero y pimiento, solomillo al queso, rape en salse de ajos, cordero con molleja y cieruelas, margret de pato con salsa de tomate postres bizcocho de chocolate con helado de coco y mandarinas, vino Hacienda Monatserio crianza 2000, sin vino sobre 35 euros

Lugar excelente, comimos pulpo prensado, perdiz escabechada templada, patitas de cordero crujientes y rellenas y cordero deshuesado, para postre crema de chocolante blanco con helado de yogur, todo con vino finca antigua crianza de Martienez Bujanda ( D.O.La Mancha)
Salimos a 80 E para 2 personas.
La carta de vino corta pero con casi todas las bodegas de la zona.
Nos comentaron que a finales de este año se empezaba a embotellar baja la D.O. Uclés.
Buel sitio para repetir, sobre todo en los viajes de vuelta de la zona de Levante hacia Madrid

Estupendo lugar, frente a la Asociacion Vitivinicola de Uclés, morteruelo con tosta de esparragos, Pularda rellena de higado y pasas, torrijas con crema de Baileys y vino Tondonia Reserva 95 sobre 30 euros muy bien, la carta muy aceptable.