Cata de vinos dulces de Verema.com
Tras casi un año retomamos las catas de vinos dulces, no porque estos vinos no sean de nuestro gusto sino más bien porque siguen siendo poco apreciados por el consumidor medio. De hecho, desde mi punto de vista, entre los vinos dulces españoles encontramos algunos de los vinos con más personalidad del panorama vitivinícola nacional.
La globalización amenaza todas las manifestaciones culturales autóctonas y el vino no es la excepción. Con su enorme diversidad España es un auténtico paraíso para los amantes de los vinos dulces, que tanto tintos como blancos ofrecen tipicidad, carácter y, frecuentemente, una notable expresión del terruño.
Para aproximarnos a la diversidad y complejidad que rodea al mundo de los vinos dulces recomendaré una lectura imprescindible es el artículo de Juancho Asenjo titulado “Propuesta de clasificación de los vinos dulces y de licor”
Entre todo el maremagnum de vinos dulces destacó sobremanera un excelente Pedro Ximénez, el Alfaraz PX de AECOVI, un vino Jerezano que alcanzó una de las mayores puntuaciones que se han otorgado en las catas de Verema.com. Su impactante nariz y su arrollador paso por boca cautivaron a la totalidad de los allí presentes.
El segundo vino más valorado fue el Marfil generós sec, una auténtica rareza –realmente un vino generoso y no un dulce- en la línea de los generosos andaluces aunque elaborado100% con pansa blanca (xarel·lo) que gustó mucho a los catadores. Un vino de la pequeña D.O. Allela que desconocemos si responde a una tradición de la zona.
Frente a los vinos “blancos” (SIC) el primer tinto dulce sólo pudo alcanzar la tercera posición. Se trató de la interesante mistela Llàgrimes de Tardor, elaborada con garnacha negra y con notable personalidad. Se trata de un vino de la Terra Alta procedente de la Cooperativa Agrícola Sant Josep del municipio de Bot.
Aún hubo 3 vinos más que superaron la barrera del 8, el Marfil generós semi que, como indica su nombre es un vino semi-dulce que de nuevo nos recordó ciertas elaboraciones del sur y que se elabora con uvas de pansa blanca pasificadas. El siguiente fue, de nuevo, otro tinto dulce, el Equinox batea garnatxa negra, un magnífico vino del Celler Batea de Terra Alta y a una décima otro vino de la misma bodega, el Equinox batea garnatxa blanca.
Poco más que añadir, aparte de volver a destacar el excelente nivel de los vinos catados y como en su elaboración (excepto en un caso) se utilizan exclusivamente variedades autóctonas.
Por cierto, una vez más hubo que descartar un vino por no estar en condiciones, en este caso, lamentablemente el “El Grifo malvasia semi-seco” fue descalificado.
Y esto es todo hasta la próxima cata.
