Cata de vinos de Navarra de Verema.com
La D.O. Navarra tiene una zona de producción que comprende 100 municipios al sur de Navarra, divididos en cinco zonas: Baja Montaña, Ribera Alta, Ribera baja, Tierra de Estella y Valdizarbe. Su reglamento fue aprobado en la O.M. de 26 de Julio de 1.975 aunque ha sido modificado en varias ocasiones, la última en Junio de 2.003. Variedades autorizadas: Entre las blancas están; Viura (variedad preferente), Garnacha blanca, Chardonnay, Malvasía, Palomino y Moscatel y entre las tintas; Garnacha tinta, Cabernet-Sauvignon (variedad preferente), Graciano (variedad preferente), Mazuelo y Tempranillo (variedad preferente).
Aunque por tradición, los rosados son los vinos más conocidos de la D.O. se están dando un notable impulso a los blancos (fundamentalmente usando la variedad foráneas chardonnay) y los tintos (donde de nuevo las variedades foráneas junto con la tempranillo centran la mayoría de los ensamblajes). Juegan también un papel importante los Vinos de licor Moscatel (100% de variedad Moscatel de grano menudo, si es sometido a envejecimiento puede añadirse mosto concentrado al fuego directo de Moscatel de grano menudo y/o Garnacha).
Así tras una profunda reconversión cuanto menos discutida (y discutible), los tintos de Navarra, que nunca han perdido un papel destacado en el mercado nacional, están ganando en reputación y prestigio aunque aún tienen un cierto camino a recorrer.
Así pues, para contrastar la situación de los tintos navarros nos reunimos el equipo de catas de Verema.com para hacer frente a una amplia selección de vinos con crianza. Como vino piloto incluimos un vino sin “madera” pero con crianza en depósitos de acero inoxidable, el Ochoa garnacha tempranillo 2003. Ni más ni menos que 21 vinos fueron catados y la lacra del TCA fue especialmente virulenta puesto que hubo que descartar tres botellas por presentar un notable “corchazo”.
En relación con los resultados de la cata diré que el ganador fue el Altos de Inurrieta reserva 2001, sin lugar a dudas el vino que se mostró más equilibrado y armonioso, de hecho no sólo fue el único vino que sobrepasó los 8 puntos sino que, además, fue el vinos más valorado por todos los catadores.
El segundo clasificado, fue el Fidelium finca Parraldea 2002, un vino atractivo en el que la fruta domina las notas de la crianza y que, además, frente a la marcada y generalizada tanicidad de los vinos catados se mostró ya bastante amable en boca.
El tercer clasificado fue Altar de Palacio de Otazu 1999, un vino moderno y consistente, con alta extracción, en la línea de los vinos “Parkerizados”,aunque su precio (unos 28€) es un tanto alto.
Hasta ocho vinos más alcanzaron puntuaciones por encima del siete, aunque algunos verdores en los taninos y unos marcados amargores y asperezados hacen pensar que, en general, los vinos de la zona aún necesitan mejorar su perfil. Posiblemente según los viñedos más jóvenes ganan en edad algunos de los problemas captados desparezcan.
Por otra parte, el perfil marcadamente internacionalista de los vinos es una apuesta arriesgada, aunque cada vez más en sus ensamblajes se acrecienta el peso de la no menos globalizada tempranillo. No olvidemos que la oferta de vinos del Nuevo Mundo elaborados con cabernet, merlot y shiraz, sujeta a muchísima menos regulación y con un alto nivel de competitividad, puede afectar la colocación en el mercado de aquellos vinos que opten por perfiles muy globalizados.
Sin más, me despido hasta una próxima cata.
