Panorama pretendidamente no exhaustivo de variedades de uva.
Obviamente, ni estaban todas, ni se pretendía que estuvieran, sólo buscábamos en esta cata repasar las variedades más cultivadas en nuestro país y algunas autóctonas en proceso de consolidación.
En este proceso nos dejamos en el camino las variedades blancas, el tesoro que constituyen las autóctonas de las islas –las Canarias pero también las Baleares), la mencía, ….
Así, de los 12 vinos catados 9 eran monovarietales, 4 de tempranillo (con sus diferentes sinonimias), 2 de shiraz, 1 de garnacha, otro de pinot noir y otro de prieto picudo, los otros 3 vinos eran vinos multivarietales en los que –eso sí- la cabernet sauvignon tenía un protagonismo especial.
Y para no alargar más la espera, diré que pese al aparente desequilibrio 2 de los 3 vinos del “podio” eran multivarietales, concretamente el ganador fue Maduresa 2002, uno de los vinos responsables del renacimiento de la D.O. Valencia, en el que intervienen syrah, merlot, cabernet sauvignon, tempranillo y la autóctona mandó.
El segundo clasificado fue un vino más bien de corte clásico, el Vega Izán reserva 1999, con una excelente expresión del tempranillo.
Finalmente, el tercer clasificado del podio fue el García Burgos Vendimia Seleccionada 2003, con un coupage en le que se combinaba la cabernet sauvignon con algo de tempranillo.
Sólo uno de los 3 vinos del podio superó los 8 puntos, el vencedor, que además consiguió una inusual ventaja sobre el resto de competidores.
Tras el trío vencedor, a sólo 5 centésimas el Pardevalles, un atractivo y prometedor vino elaborado con prieto picudo, la muy consistente garnacha del Pegaso "Barrancos de Pizarra", otro tempranillo, el Valdecuriel, el Shiraz de Baldor y el pinot noir de Serrat de Montsoriu Clot de l'Espina.
El resto de los vinos catados compitió dignamente y de hecho sólo unos de ellos no alcanzo –por muy poco- el 7.
Sin más me despido hasta muy pronto y aprovecho para desearos un Año Nuevo lleno de venturas y felicidad.
