¡Hola Samuel! ¡Qué alegría leerte! Baldo me ha hablado mucho y muy bien de tí :-) y me ha contado que también haces cosas muy ricas ;-)
El vino crece en compañía pero en el caso del niño de Baldo sirvió también de lazo pues Javi y yo estábamos a 400 km de distancia cuando lo compartimos. Nos consoló y nos hizo reír también.
Afortunadamente hoy esa distancia desaparecerá por algunas horas mas cuando el encantamiento se desvanezca y tengamos que asumir la distancia de nuevo, confío en que la niña de dorada cabellera nos enjugue las lagrimas
Salud y mejor vino para vosotros