Nunca es tarde, evidentemente, pero revisando los nombres de los viñedos singulares se puede observar que muchos de ellos son denominaciones recientes y/o responden a nombres comerciales, lo cuál indica que no existía una tradición riojana de controlar la especifidad de cada viñedo o al menos de los mejores.
Lógico, porque esto no es Borgoña o Mosela.