Reservamos y confirmamos los asistentes con más de una semana de antelación para una cena familiar que hacemos todos los años. Una hora antes de la cena nos llaman para decirnos que no tienen ya la mesa para nosotros. Que no hay sitio. Suponemos que prefieren darla a sus amigos y/o clientes más asiduos. Clientelismo muy muy lamentable. Ellos verán. PERO NOSOTR@S AL RICHARD YA NO VOLVEREMOS MÁS.