Una suerte haber tenido el privilegio de asistir a esta cata, que seguro trascenderá en la historia de verema.
Fue hedonista por la calidad de los vinos catados pero a la vez didáctica, antes de aquel sábado sólo conocía dos caminos de que "sucediera" el palo cortado. Además Pepe Ferrer, a quien no conocía personalmente, es un comunicador cercano y dinámico. Supo mantener el interés durante más de tres horas.
Y por último enhorabuena por el post, completo en cuanto a contenido y con el suficiente ritmo como para leerlo de un tirón. Deberías escribir más... ;-)
Abrazos.