El estrés fue inmenso, te imaginas una velada de 3 horas en estas condiciones. Mas de una vez tuve ganas de levantarme e ir yo mismo a pedirles que se callasen de una vez por todas... en dos ocasiones, juntamente con los de la mesa de al lado alzamos ligeramente la voz para pedirles "educacion"... pero sin éxito. Como tu bien dices es como un callejón sin salida. El jefe de sala no supo gestionar la situación. De un punto de vista gastronomico, olvidando el resto, fue una cena con algunos platos para no olvidar. Me alegro que te hayan gustado las fotos.
Un abrazo