Me alegro de no haber sido yo el de la experiencia, creo que la cosa no hubiese terminado bien. Hubiésemos tenido "unas palabras". Cuando unos "gili-po..." así te fastidian una cena la sensación es horrorosa.
Y mira que la cena está para comérsela. Todo apetecible al cien por cien. Veo que "te has portado" bien con la elección de los vinos en esta ocasión. Que siempre ha sido mejor "la claridad" que la "oscuridad" :-)
Un abrazo y como siempre, envida "cochina" de esa vida que te "cascas".